Cualquier trabajador tiene derecho a reclamar una indemnización cuando las empresas ejecuten una práctica prolongada en el retraso las retribuciones salariales en situaciones donde el periodo de demora resulta excesivo.
Aunque esta afirmación es desconocida muchas veces por la mayoría de los trabajadores, la jurisprudencia actual en España abala la veracidad de la misma. De esta manera, conseguimos llevar a buen puerto uno de nuestros últimos casos.
Un trabajador de Salamanca nos contactó a fin de conocer si su situación sería favorable para proceder con una reclamación judicial. La situación no era otra que la demora continuada y constante que la empresa asumía con el pago de su nómina, concretamente, durante el último año trabajado de nuestro protagonista, el retraso medio era de más de 11 días.
Tras ponerle en contacto con un profesional en asuntos relacionados con derecho laboral, este consiguió que se reconociese la gravedad en el incumplimiento empresarial del deber de abonar los salarios debidos ya que el impago de los salarios no es un mero retraso esporádico, sino un comportamiento persistente. Además de esto, también puso en la balanza el otro factor que reafirma su postura y es la de la frecuencia con que la empresa pagaba con retraso.
Finalmente nuestro protagonista, con la decisión del tribunal correspondiente, fue capaz de realizar unilateralmente la extinción del contrato y la empresa fue condenada a abonar la indemnización prevista para el despido improcedente, que en el caso que nos ocupa fue de más de 60.000€.